Foto: Netflix¹

Desde el lugar en el que estoy ahora, miro hacia atrás, a mi vida. Miro el mundo que dejé atrás.

¿Qué mensaje quiero dejarles? Quiero asegurarme de que entiendan que cada uno de ustedes tiene un papel que cumplir. Puede que no lo sepan todavía, puede que no lo encuentren, pero su vida importa, y están acá por una razón. Solo espero que esa razón se les haga evidente a medida que vivan su vida.

Quiero que sepan que, tanto si encuentran ese rol que les toca como si no, su vida sigue teniendo valor. Cada día que viven marcan una diferencia en el mundo. Y ustedes pueden elegir qué tipo de diferencia quieren hacer.

Quiero que entiendan que somos parte del mundo natural. E incluso hoy, cuando el planeta parece estar en la oscuridad, todavía hay esperanza. No pierdan la esperanza. Si la pierden, se vuelven apáticos y dejan de actuar.

Y si quieren salvar lo que todavía es hermoso en este mundo, si quieren salvar el planeta para las generaciones futuras, sus nietos, los nietos de sus nietos, piensen en las acciones que toman cada día. Porque, multiplicadas un millón, mil millones de veces, incluso las acciones más pequeñas pueden generar grandes cambios.

Solo espero que entiendan que esta vida en el planeta Tierra no es el final. Creo, y ahora sé, que hay vida después de la muerte. Que la conciencia sobrevive.

No puedo contarles, desde donde estoy, secretos que no me pertenecen. No puedo decirles qué van a encontrar cuando dejen el Planeta Tierra. Pero quiero que sepan que la vida que lleves en el Planeta Tierra sí influye en la vida que encontrarán después de morir.

Por encima de todo, quiero que piensen en el hecho de que, mientras estamos en la Tierra, formamos parte de la Madre Naturaleza. Dependemos de ella para tener aire limpio, agua, comida, abrigo, para todo. Y mientras destruimos un ecosistema tras otro, mientras provocamos un cambio climático cada vez peor y una pérdida de diversidad cada vez mayor, tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para dejar un mundo mejor para los niños que hoy están vivos y para los que van a venir.

Tienen en sus manos el poder de generar un cambio. No se rindan. Hay un futuro para ustedes. Hagan lo mejor que puedan mientras sigan en este hermoso planeta Tierra, al que ahora miro desde donde estoy.

Que Dios los bendiga a todos.²

El debate sobre si los diseñadores tendríamos que aprender a programar parece no tener fin, sobre todo ahora, con la explosión de la Inteligencia Artificial.

El fin de semana del 5 y 6 de octubre participé en el NASA Space Apps Challenge 2024 de Santiago de Chile, organizado por La Araucana. Fueron 48 horas intensas de colaboración, aprendizaje y mucha energía (¡gracias, Red Bull!).

¿Qué es una API?​

Una API (Interfaz de Programación de Aplicaciones) es como un manual de instrucciones que permite que diferentes aplicaciones hablen entre sí.

Proponemos una agenda idealista en el diseño, y condenamos la obsesión con lo Nuevo por lo Nuevo en sí mismo. Vemos con mucha pena como la disciplina carece de la íntima urdimbre de valores que alguna vez inspiró a los diseñadores, como así también a los productores de sus ideas.

"Ustedes, arquitectos, ¿por qué no se interesan realmente en las personas? Lo que ustedes hacen afecta muchísimo la vida de las personas, pero aún así, no aprenden nada sobre la gente en la facultad” le dijo su esposa, psicóloga, a un Jan Gehl joven, recién recibido de arquitecto en la Real Academia de Bellas Artes de Dinamarca. Fue esta pregunta la que, en la década de los sesenta, lo llevó a salir a la calle e intentar aprender todo lo que no había aprendido en la facultad.

«En el diseño gráfico, la cuestión de la responsabilidad adquiere una especial importancia como una forma de conciencia económica hacia la solución más adecuada de un problema dado.